miércoles, 6 de mayo de 2015

Heritage


En un universo estático me descubre su lunar cósmico. Los huesos de sus manos, antropomorfos por la devoción de sus caricias, desenredan el inequívoco drama del tejido epidérmico. Una mezcla entre infancia y amor adulto que afana mis noches, que me cuelga el cuello de estrellas. Obligatorio es el olor de su recuerdo y ramificada la renovación de su sangre en mi cuerpo.