No hijos, no hijas, no boda, no anillo.
Mi vientre retumba desde que cumplí treinta.
Mi espíritu tiembla al imaginar un ser creciéndome dentro.
¡Ya tengo uno!
Los fundamentos de la humanidad cimbran,
mi padre es un témpano, pero siempre lo ha sido.
Mi madre, bajo un baldaquino, se une a la procesión de
juicios mientras ora por mí.
¿Qué es para ti ser mujer?
Pero yo escarbo, escarbo y no encuentro nada…
nada de lo que quieren escuchar.
28 días
tetas montaña ojo
vientre clarividente
337 ballenas muertas en las costas de Chile
¿Instinto maternal?
lucha, voz, sangre, grito, llanto.
Mis hijos no tendrán cuerpo.
Produzco seres vivos de palabras
fecundo mi misma especie,
la que me llama palabra.
Reproduzco en ideas
que contemplen el mundo
que lo curen en sueños.
Desvanezco el egoísmo
de pensar que la humanidad
es más importante que el pensamiento.
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